Sentirse solo en el ámbito laboral no es simplemente un estado emocional aislado; es un problema silencioso que no solo impacta el sentido de pertenencia a la empresa, sino que también puede desencadenar efectos negativos significativos. La soledad, según el WHI-Institute, se equipara al dolor físico, activando las mismas áreas cerebrales que responden a los golpes. A pesar de los esfuerzos por reintegrar a los empleados mediante modelos híbridos o el regreso a las oficinas, la soledad persiste, afectando a una parte considerable de la fuerza laboral.
La soledad en el espacio de trabajo no se limita al trabajo remoto; se relaciona con la sensación de invisibilidad, la comunicación fría a través de correos electrónicos y la falta de sentido de pertenencia en la empresa. Jorge Mérida, socio creativo de la firma ADN Wellbeing, destaca que la soledad laboral no implica simplemente no tener compañeros físicos, sino más bien la percepción de falta de apoyo social y conexión.
La investigación de Naomi Eisenberger, profesora de Psicología Social en la Universidad de California, confirma que el cerebro reacciona a la exclusión social de manera similar al dolor físico. En el contexto laboral, esto tiene consecuencias palpables: la creatividad se ve afectada, y la producción de endorfinas, las hormonas del bienestar, disminuye.
El entorno del trabajo remoto y las medidas de confinamiento durante la pandemia han exacerbado la soledad en el trabajo al limitar las interacciones sociales informales. Las charlas casuales, esenciales para construir conexiones y aliviar el sentimiento de aislamiento, han disminuido significativamente.
¿Cómo enfrentar este desafío?
Jorge Mérida, socio creativo de la firma ADN Wellbeing, propone que el primer paso para abordar la soledad en el trabajo es trabajar con los líderes. Contrarrestar este sentimiento, según él, no siempre requiere grandes inversiones; un liderazgo cercano y empático puede marcar la diferencia. Algunas recomendaciones para prevenir la soledad en el entorno laboral incluyen la promoción de una cultura de inclusión y empatía, alentar a los colaboradores a construir redes de apoyo y celebrar los éxitos grupales.
La prevención de la soledad en el trabajo no solo es responsabilidad de los líderes; todos los miembros de la organización tienen un papel importante. La conciencia colectiva sobre la importancia de construir un entorno laboral conectado y compasivo es esencial para superar este problema silencioso. La implementación de medidas sencillas, como fomentar interacciones informales y reconocer los logros colectivos, puede marcar la diferencia y crear un espacio de trabajo más vibrante, colaborativo y, sobre todo, humano. En última instancia, abordar la soledad en el trabajo es un paso crucial hacia la construcción de entornos laborales saludables y sostenibles.