Durante el tercer trimestre de 2023, la participación laboral femenina en México alcanzó su punto más alto desde que se comenzó a reportar la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en 2005, llegando al 46.4%. Este marcado aumento, que representa un incremento de 1.6 puntos porcentuales en un año, señala una recuperación significativa desde el punto más bajo alcanzado durante los estragos de la pandemia, cuando la participación femenina descendió al 40.0%. A pesar de estos avances, persisten desafíos estructurales relacionados con la ocupación de las mujeres, como el trabajo informal y la concentración en actividades de bajos ingresos.

Avances Positivos y Desafíos Pendientes:

El aumento en la participación laboral de las mujeres es un indicador alentador que refleja una recuperación constante de las secuelas económicas de la pandemia. Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten retos estructurales significativos. La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo marcada, lo que influye en las decisiones laborales de las mujeres. Si los empleos destinados a mujeres no son atractivos en términos de remuneración y condiciones laborales, puede disminuir el incentivo para que las mujeres ingresen o permanezcan en la fuerza laboral.

Ana Gutiérrez, experta en temas laborales, destaca la importancia de abordar la brecha salarial de género y mejorar las condiciones laborales para las mujeres. Asegura que estas condiciones afectan las perspectivas en el terreno laboral y pueden influir en la participación de las mujeres en el mercado laboral.

Brecha de Ingresos y Trabajo Informal:

Durante el tercer trimestre de 2023, el 41.6% de las mujeres en el mercado laboral se concentró en la población que percibe hasta un salario mínimo, en comparación con el 27.5% de los hombres. Esta brecha en los ingresos destaca la desigualdad económica de género que persiste en el mercado laboral mexicano.

En términos de informalidad, aunque la tasa de empleo femenino en este sector fue del 56.0%, ligeramente menor que el nivel prepandemia (56.7%), aún representa una proporción 1.5 puntos porcentuales superior a la ocupación masculina en el trabajo informal. La informalidad laboral, caracterizada por la falta de seguridad social y beneficios, sigue siendo un desafío que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.

El Potencial Económico de la Participación Femenina:

El Banco Mundial estima que si la participación laboral de las mujeres en México se equipara a la de los hombres, el país podría experimentar una ganancia equivalente al 22% del PIB per cápita. Esta cifra subraya el impacto económico positivo que tendría una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral, no solo en términos de igualdad de género, sino también en el crecimiento económico y la recaudación de impuestos.

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) añade que una mayor participación de las mujeres en el mercado laboral no solo beneficiaría a nivel macroeconómico, sino que también tendría un impacto positivo en la recaudación de impuestos, contribuyendo así al desarrollo sostenible del país.

En conclusión, mientras se celebra el aumento en la participación laboral femenina en México, es esencial abordar los desafíos persistentes, como la brecha salarial y la informalidad laboral, para asegurar que las mujeres no solo ingresen al mercado laboral, sino que también accedan a oportunidades de empleo equitativas y remuneradoras. La igualdad de género en el ámbito laboral no solo es un imperativo ético, sino también una estrategia clave para el crecimiento económico sostenible.